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Cine de verano: una tradición que une generaciones bajo una misma pantalla

¿Cómo se eligen las películas? ¿Por qué no son tan actuales? ¿Cuál es la clave para que perduren estos cines?

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Sara Soto
30.07.2025

Con un bocadillo envuelto en papel de plata, agua fría y una bolsa de palomitas y otra de pipas, es como recuerdo las cálidas noches en el cine de verano. Hoy vuelvo a acudir a uno de ellos, con ojos de periodista —y algún que otro año más para revivir la experiencia que marcó la infancia de muchos. 

 

Sentada en una silla blanca de plástico la sensación es la misma, se respira un aire tranquilo y expectante con ganas de que comience la película. A un lado, encuentro a señoras abanicándose por el calor insoportable, al otro, padres y madres intentando que sus hijos guarden silencio para disfrutar de ella.

Las luces de la plaza están apagadas. Si miro arriba, el cielo estrellado es lo único que alumbra el lugar, además de la propia pantalla gigante. Comienza la película y se hace el silencio. O mejor dicho, casi silencio porque se oye cómo crujen las palomitas que previamente hemos recogido en el Kiosko Loli.


El cine de verano ya forma parte de la cultura local, como es el caso de mi pueblo Almoradí, en Alicante, cuyo cine de verano comenzará en agosto como cada año. La concejal de Juventud, Mónica López, es quien lo gestiona, y me explica: «se hacen seis pases, cuatro en la Plaza de la Constitución de Almoradí, todos los jueves de agosto, y dos en las pedanías». Recuerdo este cine desde que soy pequeña, y ella me confirma que se hace desde hace más de 20 años, aunque la tradición viene de mucho antes…

Su origen
Cine de verano Teatro Cortés en Almoradí, Alicante.
Sala de verano del Cine Miravete en Almoradí.

Surgió entre los años 1930 y 1980, aunque su época dorada fue en los años 50 y 60. Los multicines, tal y como los conocemos hoy, aún no existían. Las películas se proyectaban en salas que no tenían aire acondicionado, y debido a las altas temperaturas veraniegas no podía haber aglomeraciones. Por esta razón, algunos empresarios decidieron crear terrazas anexas a las salas y proyectar la cinta desde mitad de junio hasta finales de septiembre en horario nocturno. 


Actualmente, el cine veraniego de Almoradí sigue con esa tradición de ver una peli con tu familia o amigos con unas palomitas en la mano a la luz de las estrellas. En la Plaza, «ponemos algo más de 300 sillas y se llenan prácticamente todas», me comenten desde el pueblo. Este tipo de cines se caracterizan por ser muy familiares: «el público que más asiste son familias, los niños con sus padres, y adultos de la tercera edad». Sin embargo, hay una franja de edad que se resiste, «los jóvenes son los que menos asisten». Sí, nosotros, los que hemos crecido con las pantallas alrededor acudimos menos, irónico ¿no?

¿Cómo se seleccionan las películas?

Desde el Ayuntamiento, «intentamos siempre enfocar la cartelera a todos los públicos (TP) porque es un cine público abierto, no queremos poner una película para mayores de 18». Pero, seguro que alguna vez has pensado “¿por qué ponen películas tan antiguas? ¿No pueden proyectar unas más actuales?” Tranquilo, yo también lo he pensado y te traigo la respuesta.

Antes que nada, hay que entender que el Ayuntamiento no selecciona las películas: solo las proyecta. Hay una empresa de por medio, como me explica Mónica López: «El Ayuntamiento presenta la licitación —que es la oferta —por ejemplo de seis pases, y las empresas ‘pujan’ por llevarse el cine de verano». En el contrato la empresa pone la pantalla, las sillas, y las películas, «ellos tienen un abanico muy amplio de películas y la Concejalía las escoge».

Cartelera del cine del Ayuntamiento de Almoradí.
Cartelera de 1952 del salón de verano de Almoradí.
Ley del Cine (Ley 20/2010)

Partiendo de que la empresa propone un número limitado de películas, el motivo por el que no se exhiben películas más actuales es porque «hay una ley de proyecciones públicas que no permite proyectar películas que tengan menos de 12 meses de estreno», afirma Mónica López. Hay casos que cumplen la ley "justos de tiempo", como por ejemplo el taquillazo de Barbie proyectada en el cine de verano de 2024, ya que se estrenó en el verano de 2023.

Mónica selecciona las películas junto a Isabel, su técnico, y además lo consulta con compañeros de todas las edades para conocer sus opiniones: «tengo compañeros de 30 años, de 50, de 60… y es un punto de vista que me va a venir bien, además, a algunos compañeros les gusta mucho el cine».

Duración

«La duración es otro criterio muy importante», me confiesa la organizadora del cine de verano. La sesión comienza a las 22:00, cuando ya es de noche, pero «la película debe durar entre una hora y media, y una hora y cuarenta y cinco minutos para terminar a las 00:00». A Mónica le encantaría poner películas de Marvel y hacer un maratón, pero como duran más de dos horas no es posible.

 

La cartelera del cine de verano se caracteriza por reproducir películas que ya han salido en la gran pantalla, aquellas que han sido todo un éxito y son aptas para toda la familia. Puede que a alguien no le guste volver a ver la misma película, pero es una gran oportunidad para aquellos que no se pudieron permitir pagar la entrada en su estreno, ya que es más barata e incluso gratuita en algunos lugares como en Almoradí. Porque el cine de verano tiene esa esencia, junta a grandes y pequeños y no entiende de clases sociales ni de diferencias.

Cine Costablanca abandonado en la actualidad en Guardamar del Segura (Alicante).

La tradición que tiene su origen en el siglo pasado se mantiene viva todavía, a pesar del auge de las plataformas digitales como Netflix o Amazon Prime Video, donde hay una cartelera infinita, y apuesto a que la mayoría de las personas sentadas a mi alrededor ya las tienen en sus hogares. La Concejal de Juventud cree que dichas plataformas no desbancarán al cine de verano. «Yo creo que no, las plataformas llevan muchos años con nosotros, creo que el cine de verano es una actividad que suelen hacerla en grupos: quedan familias, quedan padres, quedan amigos, y las personas mayores no tienen Netflix». ¿Y qué tiene de especial ver pelis al aire libre? Es una esencia distinta. «La gente está esperando a que llegue el cine de verano por ese ambiente de poder salir, estar con los niños, las terrazas de alrededor…».

 

Década tras década se sigue celebrando el cine de verano en los pueblos y lugares al aire libre donde comenzó: plazas, patios o terrazas. Representan una evolución del séptimo arte como espectáculo público, ofreciendo una experiencia única que aún perdura, incluso con el auge de las nuevas tecnologías y formatos. ¿Existe mejor plan de verano?

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